miércoles, 20 de abril de 2016

YOSEMITE - LAS VEGAS - EL GRAN CAÑÓN: Detalle y Conclusiones

Esta segunda etapa es algo más complicada de explicar, ya que nos dejó un sabor agridulce. Los lugares que visitamos preciosos pero la nota negativa se la lleva de calle la empresa con la que contratamos el tour. Por supuesto, lo voy a explicar todo con pelos y señales, porque si estáis pensando contratar con ellos, muy probablemente al leer esta reseña cambiéis de opinión.

SAN FRANCISCO-YOSEMITE-FRESNO (4to día)

Habíamos contratado el tour con la compañía Take Tours a través de su página web, así que nos dirigimos al punto de encuentro a las 8 de la mañana. La primera sorpresa fue que nos vino a recoger una mujer china que no hablaba demasiado bien el inglés, indicándonos con señales que el autobús estaba un poco más arriba de la calle, un autobús que pertenecía a la compañía Lassen Tours. Nos extrañó, pero pensamos que era una subcontrata de Take Tours, así que tras mostrar nuestra documentación y ver que todo estaba correcto nos subimos al vehículo. La guía también era china, lo cual era de esperar ya que sabíamos que el tour era bilingüe inglés-chino. Una vez sentados en el autobús nos informan de que se va a hacer una parada en otra población (a una hora de San Francisco más o menos) en la que tendremos que cambiar de autobús según el tour que hayamos contratado. Y así fue. Paramos en una estación de servicio con muchísima gente y muchísimos autobuses de la misma compañía (Lassen Tours). Aquí fue todo muy confuso porque cargando con las maletas teníamos que buscar el número de nuestro autobús, pero finalmente lo encontramos y proseguimos el viaje.

Sobre las 11:00 de la mañana nos informan de que vamos a hacer una parada para comer (Comer? A las 11:00?!!). Y no sólo eso, además sólo tenemos 15 minutos para comer!! En un primer momento pensamos que quizás no lo entendimos bien, ya que en inglés 15 y 50 suena muy parecido, así que le preguntamos nuevamente al guía y nos confirmó que eran 15, ni uno más o el autobús se iría sin nosotros. Así que os podéis imaginar las prisas. En 15 minutos había que pedir la comida, comérsela y claro, ir al baño y demás. Esta parada sirvió sobre todo para enfadarnos bastante, la verdad, pero sabíamos que teníamos que hacer el esfuerzo por ser positivos y disfrutar del viaje.

Alrededor de las 16:00 estábamos llegando a Yosemite. Tenía grandes expectativas puestas en este lugar, ya que siempre me han apasionado los parajes naturales. Por no extenderme demasiado, sólo os diré que no vimos ni la mitad de puntos de interés que marcaban en la lista los de Take Tours al contratar. Aún así seguimos autoconvenciéndonos de disfrutar al máximo lo que pudiéramos ver.

Yosemite se encuentra a 320 km de San Francisco y ocupa una superficie de más de 3000 km2, extendiéndose por la cadena montañosa de Sierra Nevada. La UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1984, entre otros aspectos porque el 95% del área del parque está denominada "zona salvaje". Tres de las numerosas cascadas que se pueden encontrar en Yosemite están en la lista de las 20 cascadas más altas del mundo, así que ya os podéis imaginar. Además hay enormes laderas de granito (como Glacier Point con 2200 metros de altura) y valles paradisíacos con más de 1200 metros de profundidad.

"El Capitán". Monolito granítico de unos 900 metros. Favorito como desafío para escaladores. El nombre se lo pusieron los nativos americanos.
Una de las 3 cascadas de las que os hablaba antes. No caía ni gota de agua debido a la temporada y al periodo de sequía por el que estaba pasando el estado de California por esas fechas.
Esta la hice desde el bus, ni siquiera pararon, y el valle estaba incluido entre las paradas del itinerario contratado para Yosemite. Suerte que iba atenta. El Half Dome al fondo.

Secuoyas. Cualquiera diría en la foto que Tony es tan alto como es...
Tunnel View. Una de las vistas más impresionantes de Yosemite. 
Tunnel View fue la última parada. Es una de esas vistas que te cortan el aliento, de hecho, quedé tan maravillada que pasó un buen rato hasta que caí en hacer fotos. Y es que estos lugares tienen algo especial... Mientras todos los ocupantes del bus ya bajaban con cámara en mano mirando la belleza del paisaje a través del objetivo de la cámara como si no les importara nada más que inmortalizar el momento para luego enseñárselo a los amigos en lugar de disfrutar en vivo de lo que tenían frente a sus narices, Perdonad que critique este comportamiento pero me parece muy triste, a todos nos gusta llevarnos fotos, pero os podría asegurar que vi a alguno no mirar hacía el paisaje en ningún momento más que detrás de la cámara. En fin, precioso lugar.

Nos pusimos en marcha de nuevo, esta vez hacia Fresno, donde pasaríamos la noche. Durante el trayecto no podía evitar sentirme decepcionada, ya que para mí Yosemite era uno de los destinos estrella de este viaje, y aunque lo que había podido ver fue maravilloso, no había visto ni una cuarta parte de lo que me prometieron y por supuesto de lo que yo esperaba, así que me iba con la sensación de haberme quedado a medias.

El remate del día fue lo que ocurrió por la noche. Después de algo más de una hora estábamos llegando a Fresno. El guía nos indicó que íbamos a hacer una parada en un supermercado para que nos compráramos la cena para calentarla en el microondas de la habitación del hotel, ya que según él, en los alrededores de éste no había ningún restaurante o bar en el que poder cenar. Como no, nos resultó extraño, pero no nos importó, si teníamos microondas en la habitación sería lo más cómodo. El hotel en Fresno estaba genial, el Holiday Inn Fresno-Airport, pero... ¡sorpresa! no había microondas en la habitación, el único microondas de todo el hotel estaba en el lobby, junto a recepción, sí sí, uno solo para calentar la cena de unas 50 personas que íbamos en el bus. Tal y como dejamos las maletas en la habitación nos fuimos a calentar la comida, pero ya había gente, se nos había adelantado una familia de unos 6 miembros, por lo que nos tocó esperar casi 40 minutos. Os podéis imaginar que mientras esperábamos la gente ya empezó a comentar acerca de su descontento con toda la situación a la que nos estaba exponiendo Take Tours y su "filial" Lassen Tours. Gracias al personal del hotel, que viendo la escena sacaron un microondas más. Lo mejor de todo fue cuando descubrimos que justo enfrente del hotel había un Subway y otro restaurante más. Así que después de eso, ya ni ganas de meternos en la piscina porque eran las tantas de la noche, estábamos cansados, bastante cabreados y además al día siguiente nos levantaban a las 5 de la mañana para seguir con el viaje (motivo por el cual tampoco nos entraba el desayuno en el hotel).


FRESNO - LAS VEGAS (5to día)

Después de un sueño corto pero reparador, estábamos dispuestos a afrontar el día de la mejor manera posible, con ganas de llegar a Las Vegas y perder de vista pronto al guía. La primera parada fue sobre las 8 de la mañana, unas dos horas de viaje, para desayunar, aunque nosotros siempre llevamos algo de desayuno y ya lo habíamos hecho en el hotel, facilitado además porque teníamos cafetera en la habitación. Y tras esto proseguimos el viaje hasta Barstow, una nueva "sorpresita" más. Nos informan de la parada de dos horas y media en el outlet, por supuesto que no estaba contratado. En el itinerario que me entregaron al contratar esa parada en el outlet estaba prevista a la vuelta de Las Vegas y sólo para aquellos que volvían a San Francisco. Y no es que tenga algo en contra de los outlets, pero contando con que sólo hay ropa de marca y nosotros no compramos nunca ropa de marca (y, siendo sinceros, los precios me siguen pareciendo carísimos incluso con la rebaja), para nosotros aquello era una total pérdida de tiempo. Así que allí pasamos las dos horas y media, en un outlet en mitad del desierto, viendo como los turistas en su mayoría chinos, perdían la cabeza de tienda en tienda.

Aquí os dejo una foto del Desierto del Mojave de camino a Las Vegas, que por cierto, el guía ni siquiera se digno a informarnos de ello, lo supimos gracias a habernos estudiado el mapa previamente.

Desierto del Mojave, a nuestro paso entre California y Arizona. Kilómetros y kilómetros de desierto.

Y no satisfecho el guía con todos los inconvenientes que estábamos encontrando en el tour, una nueva noticia nos acabó de fastidiar el día. Al contratar el tour te daban la opción de elegir entre el South Rim del Gran Cañón (25$ por persona) o el West Rim (80$ por persona), así que contratamos el South Rim. Entonces nos informa el guía de que quienes hemos elegido el South Rim debemos saber que sólo estaremos 1 hora en el Cañón y que son 5 horas de ida y 5 de vuelta, a no ser que cojamos la opción del West Rim, que además de estar más cerca estaremos más tiempo. Para mi esto es lo más parecido a un chantaje y a una puñalada por la espalda. No os podéis imaginar todo lo que le hubiera soltado por la boca en aquel momento al guía. Llevábamos el presupuesto tan ajustado que 160 dólares nos destrozaban, pero claro, pagar 50 para una sola hora en el Gran Cañón no nos compensaba. Así que no toda la impotencia del mundo aceptamos pagar los 160 e ir al West Rim. En el autobús hubo un revuelo general ya que le gente estaba bastante molesta. En el itinerario contratado figuraban a la misma distancia los dos lugares...

Afortunadamente, para las 17:00 ya estábamos en Las Vegas, por lo que tras rechazar la oferta del guía de hacernos un recorrido por la ciudad por el módico precio de 30 dólares más, nos dirigimos a la habitación para cambiarnos e irnos a la piscina directamente.



Nos hospedábamos en el hotel Excalibur, que no está nada mal, la localización muy buena y las comodidades más que decentes. También hay que tener en cuenta que no solemos hospedarnos en hoteles para ahorrar dinero en nuestros viajes, y que además nos conformamos con poco, pero entraba dentro del precio del viaje, así que un par de noches de hotel nos resultaba bastante reconfortante, al igual que un ratito de relax en la piscina después del día de perros que llevábamos.

Hall del hotel Excalibur


Y después de una reparadora ducha nos fuimos a hacer ruta de hoteles y descubrir el ambiente nocturno de Las Vegas.

Hotel New York

Y tras pagar nuestra primera novatada en la ciudad de las luces (60 dólares por dos fish and chips) proseguimos con la ruta.



Interior del Hotel Paris

Hotel Bellagio. Esta especie de lago que veis es en realidad una fuente, en la que cada 15 minutos se realiza un espectáculo de agua, luces y música, cada uno diferente al anterior. No os lo podéis perder. Y además es gratuito!

Hotel Luxor
Y ya bien caída la noche y satisfechos con el paseo, de vuelta al hotel a descansar, ya que al día siguiente... ¿adivináis? Sí, a las 5 en pie, y por supuesto, no entraba el desayuno.



EL GRAN CAÑÓN - LAS VEGAS (6to día)

Después del nuevo madrugón llegábamos a la presa Hoover, o Hoover Dam. Otra desilusión más al ver que no nos paraban frente al centro de visitantes, que es desde donde se ve bien y con buena perspectiva, sino que nos dejaron en la parte de arriba, desde donde no se aprecia la profundidad de la presa.

Foto tomada desde el autobús

Hoover Dam desde el lugar incorrecto

De todas formas la visita es más que recomendable teniendo en cuenta la importancia del lugar para los estados limítrofes, ya que se abastecen de esta presa. Además puedo dar fe de que el agua del grifo de Las Vegas está muy buena, algo a lo que no estamos acostumbrados los que vivimos en Valencia...

Tras la breve parada proseguimos el camino hacia el Gran Cañón del Colorado. En las cercanías ya se comienzan a ver los primeros poblados de los Walapai (la tribu nativa americana a la que pertenece el Gran Cañón). Y me refiero a los poblados de verdad, donde realmente viven, no os penséis que esta gente aún vive en tipis, sino en pequeñas casas prefabricadas. Me gustó mucho verlo y comprobar cómo aún siguen viviendo de forma muy humilde por decisión propia (cualquiera pensaría que cobrando lo que cobran por la entrada se han subido al carro del capitalismo) y autoabasteciéndose con sus propios recursos.

Poblado Walapai

Poco antes de llegar, el guía nos hizo un "croquis", si se le pueden llamar así a cuatro garabatos improvisados en bolígrafo sobre un folio arrugado, para que pudiéramos administrarnos bien el tiempo que teníamos, ya que una vez en el Cañón nos desplazaríamos mediante los shuttles de la comunidad nativa. Así que tras hacerle la foto a esa hoja de papel comenzamos la visita.

El primer destino del recorrido es el poblado Walapai o Hualapai, este sí resulta bastante artificial, con su tienda de souvenirs incluida, pero ya se pueden ver unas vistas muy bonitas.



El siguiente punto a visitar era Eagle Point. Aquí me pasó algo parecido a Escocia, ¿cómo describir con palabras lo que se siente al estar ante aquel paisaje? Es abrumador, ni siquiera las fotos le hacen justicia. Además los Hualapai no creen en las barreras, con lo cual no veréis barandillas en ningún lugar. Todo el lugar en sí está impregnado de ellos, y, aunque habían muchísimos turistas, no podía remediar el sentirme invitada en su casa y vivirlo todo con el máximo respeto hacia su cultura.



Hay un pequeño asentamiento con diferentes tipos de construcciones según tribus, incluidos tipis. Esta que véis en la foto es una construcción típica de la tribu Hopi, y la utilizaban para todo (trabajo, almacén, prácticas ceremoniales, etc).

En Eagle Point es donde se encuentra el famoso Skywalk, la pasarela de cristal construida sobre el vacío.  Sólo os digo que son 30 dólares y al fin y al cabo no se ve mucho más que desde fuera, pero si no tenéis vértigo podéis probar y verlo desde otra perspectiva, nosotros decidimos evitarlo.

Según el croquis del guía deberíamos comer allí (la comida estaba incluida con la entrada), pero lo único que había en aquel punto era comida china (¿casualidad quizás? ahí lo dejo), pero un chico mexicano muy simpático que trabajaba allí nos dijo que en el siguiente punto se comía mejor. Así que para allá que nos fuimos tras coger el shuttle.

Walapai con traje ceremonial. Lógicamente estaba allí para que te hicieras la foto con él y de paso una propina. Esas cosas no me suelen gustar, pero he de reconocer que todos los nativos con los que tuvimos oportunidad de hablar son súper íntegros y muy majos.

Y vaya si comimos bien, y con unas vistas inmejorables.

Nuestros amigos del Gran Cañón, me encantan!!

"Hazme la foto ya que estoy demasiado cerca del borde!" jajaja

Precioso ver cómo serpentea el río Colorado.

A pesar de tantos problemas con la organización de esta visita, he de reconocer que de vuelta al hotel me sentía satisfecha de haber visto lo que necesitaba ver del Gran Cañón del Colorado, aunque la inesperada subida del importe por parte de Take Tours nos hubiera dejado con el presupuesto temblando.

Para Las Vegas lo cierto es que no teníamos grandes planes porque realmente lo que nos ofrece esta ciudad no va mucho con nuestra forma de ser, además, ya el día anterior nos habíamos dado cuenta del precio desorbitado que tenía absolutamente todo allí, así que tras discutir varias posibilidades y descartar el desplazarnos muy lejos (el transporte público también es carísimo) nos decidimos por ver los hoteles más importantes que no habíamos podido ver el día anterior.

Exterior del Hotel Excalibur con el New York al fondo

Bonito anochecer en Las Vegas

Hotel Venetian

Exteriores del Hotel Venetian

Espectacular interior del Hotel Venetian

Y esto, aunque no lo parezca también es parte del interior solo que el techo parece cielo. Aquí la gondolera, que debe ser soprano, va cantando mientras rema. Imagino que el precio por el paseíto en góndola nos hubiera dejado con los bolsillos vacíos o incluso con deudas...

Hotel Flamingo
Visitamos otros hoteles pero estos son los que para mí merecen la pena de verdad. También hay que tener en cuenta que aunque parezca que está todo cerca cuesta de llegar mucho a los sitios por la masificación que hay así que el tiempo se te echa encima enseguida.

Y hasta aquí la segunda parte del viaje, ya que al día siguiente nos íbamos hacia Los Ángeles, concretamente a Anaheim donde pasaríamos dos días en Disneyland California antes de visitar la ciudad.


CONCLUSIONES

Transporte: Nosotros nos desplazamos con un tour como ya os he contado, pero la conclusión sobre esta "agencia" lo pongo aparte. A estas alturas me planteo que no hubiera sido mala idea alquilar un coche, pero es ver si rentabiliza o no, aunque sea lo más cómodo. En Las Vegas, como he mencionado más arriba, el transporte urbano es carísimo, y los taxis ni me lo planteo. Hay un medio de transporte gratuito que es una especie de monorrail, pero sirve sólo para desplazarse entre algunos hoteles, nada más. Después hay otro que es más rápido y abarca más ciudad, pero atención, ¡casi 10 dólares el trayecto! En cuanto a los buses urbanos no llegamos a preguntar, pero si es proporcional al resto de precios ya os podéis hacer una idea.

Take Tours / Lassen Tours: si a estas alturas aún tenéis dudas sobre si contratar con ellos, releeros la review. Si no queréis que os arruinen el viaje buscad otra opción, Para que os hagáis una idea de cómo funciona esta gente, al llegar escribí una review en su página, en donde mucha gente daba su opinión (sospechosamente todas las opiniones eran buenas) y la mía a día de hoy no la han publicado, sólo me escribieron un mail "pidiendo disculpas" y nada más... Lo peor es que después de la mala experiencia estás obligado a pagar 50 dólares de propina.

La gente: aquí me refiero sobre todo a Las Vegas. Siendo conocida como "la ciudad del pecado" no es muy difícil imaginarse qué es lo que ronda por allí: mayoritariamente grupos de jóvenes en muy malas condiciones. Mientras paseas por las calles es muy normal encontrarte con chicas (imagino que relaciones públicas) muy ligeras de ropa rodeadas por una multitud de chavales babosos. Pero en fin, así son Las Vegas, no es para mi. Lo que realmente me alucinaba era ver alguna que otra familia con niños muy pequeños paseando ante semejante espectáculo, y si no es para mí, imaginad si lo es para niños. Me considero una persona muy abierta de mente y tolerante, simplemente me refiero a que no me siento cómoda en esos ambientes, pero para gustos colores. Por otro lado, los Walapai del Gran Cañón me encantaron como personas y me voy con muy buen recuerdo de ellos.

La comida: en Las Vegas vigilad mucho dónde vais si no queréis llevaros un susto como nosotros, incluso en un restaurante de comida rápida te pueden sacar el hígado. Una opción buena si no queréis gastar mucho es entrar en un supermercado y comprar algo ya hecho. Lo bueno es que siempre hay algo abierto.

El clima: hay un cambio muy importante a medida que te alejas de San Francisco. Al llegar a Yosemite ya se podía prescindir de toda clase de chaqueta y quedarte en manga corta porque el sol calienta más. Es el típico clima mediterráneo. Pero cuando te estás aproximando a Las Vegas el ambiente se nota mucho más seco y la temperatura sube, lo más lógico moviéndote por la zona desértica de Nevada.  Lo cierto es que en Las Vegas el calor llega a ser agobiante aunque hay vaporizadores por las calles que se agradecen muchísimo. Para que os hagáis una idea, después de medianoche los termómetros marcaban por encima de los 30ºC.

Precios: creo que en esto ya he insistido mucho, pero por si quedan dudas, en Las Vegas es todo carísimo, comida, transporte y espectáculos. No puedes ver ninguno por menos de 90 dólares por persona, así que para un viaje low-cost como el nuestro, está descartadísimo.


Como consideraciones finales sobre esta etapa diría que volvería a Yosemite y me quedaría mínimo un par de días, pero buscaría alguna zona menos masificada y fuera del fin de semana porque realmente me quedé con la miel en los labios y también me dió pena ver la cantidad de gente que llegaba a la zona a la que nos llevaron a nosotros. Con el Gran Cañón, aunque me fui satisfecha, haría lo mismo, volvería a pasar un par de días. Y en cuanto a Las Vegas, no volvería, y no porque no me gustara, creo que es un lugar que hay que ver por lo menos una vez en la vida porque realmente impresiona ver el derroche por doquier y los espectáculos, pero insisto en que no va mucho con nuestra forma de ser, así que una vez visto, a otra cosa.


Lo sé, me ha vuelto a quedar larguísimo este post, pero creo que en la preparación de un viaje, cada detalle cuenta, así que si os ha servido para preparar el vuestro me alegro muchísimo.

Estoy preparando la siguiente etapa, así que suscribíos y no os la perdáis!!